Había una vez un muñequito que era de nieve. Tenía una bufanda de color rojo para que no se resfriara, un gorrito de lana para estar calentito y unos guantes muy suaves.
Un día hacía mucho calor y el muñequito se derritió, pero su brazo seguía vivo. Entonces volvió a construir todo su cuerpo. Anduvo un poco y se metió en una bola de nieve.
Rodó y rodó hasta que paró en una montaña de nieve y se quedó a vivir ahí para siempre.
FIN