Un día Susi se fue al campo y se encontró con un ciervo que estaba herido, le ayudó para curarlo y después se fueron al bosque. Le dijo que se iba a quedar con él un rato para cuidarlo.
Pero su dueña la estaba buscando muy preocupada.
El ciervo escuchó una voz que decía -¡¡Susi Susi!!
Y el ciervo le dijo:
-tú te llamas Susi, porque creo que te llaman.