La Nochevieja era una de las fiestas favoritas de la familia Cuchufleta, porque se reunía toda la familia y se comían las uvas, bueno uvas... y conguitos.
Llegó la noche, cenaron y esperaron a las 12 viendo la televisión.
Perry y Mili, las mascotas, se pusieron morados de tanto comer.
Sonaron las 12 campanadas y empezó la carrera.
La tita Alejandra y Rocío comieron 12 conguitos, el primo Francisco chocolate, ¡vaya!, mamá, papá e Iker 12 uvas, y la prima Laura no quiso comer nada porque no le daba tiempo.
¡Se lo pasaron pipa! Bueno, pipa y conguito