Había una vez una dragona que se llamaba Amarilli. Era grande, con alas gigantes y con las pezuñas muy largas. Vivía en un bosque con su familia de dragones. Lo que más le gustaba a Amarilli era jugar con su hermano Dragui.
Un día no encontraba a su familia y se fue volando a la ciudad.
Llegó hasta el patio de El Zargal y conoció a cinco niñas muy valientes. Conoció a Cecilia, también a Zoe, a Marta, a Ángela y a Julia.
Y esas cinco niñas jugaron con la dragona y le enseñaron todo el patio.
CONTINUARÁ...