Érase una vez una niña que se llamaba Claudia, lloraba un montón cuando quería algo y su madre no se lo compraba, se ponía a llorar y hacía un mar de lágrimas. Pero Claudia nunca se había reído. Un día su madre la llevó al circo y con un payaso se rio, solo le faltaba que no llorara. Pero un día no lloró y así hasta que fue abuela.
FIN