Érase una vez una princesa que se llamaba María. Vivía en un castillo con su padre. Su padre ya estaba muy mayor y cuando estaba a punto de morir a la princesa se le cayó un diente, entonces del susto, el padre se puso muy contento porque tenía que hacer una llamada muy importante al hada de los dientes para explicarle que a la princesa se le había caído un diente y ya se puso bueno
Fin