No hace mucho tiempo había un vampiro llamado Gustaber.
Gustaber estaba dando saltos de alegría porque iba a mudar de cementerio. En cuanto que llegó se metió en su ataúd a dormir porque los vampiros duermen de día.
Mama voy a ir a dar una vuelta por el cementerio. Vio a una momia que se llamaba Áspera y se hicieron amigos para siempre.
FIN